Ha pasado todo tan rápido que, aún habiendo medio día de la
consumación del descenso del Cartagena, no me doy cuenta de todo lo que
repercute eso en la gente. ¿O sí?
Corría el 24 de mayo de 2009. El Cartagena se jugaba el
ascenso en Alcoy, ante el equipo local (el Alcoyano). Visitaba El Collao con un
resultado a favor de 2 a
1, merced a los goles de Héctor Yuste y Samu. Yo, como murciano que era y soy,
quería que subieran, para tener un derbi, para vivir un partido regional en el
fútbol profesional, para echarnos una mano unos a otro cuando la necesitásemos.
Craso error. Murcianistas y cartageneristas comenzamos a vivir una etapa de enemistad
e insultos, que se prolongan hasta hoy día. Ahora, con más años de experiencia,
lo entiendo. Era algo que tarde o temprano tenía que surgir. Pero no como ha
estado ocurriendo.
A lo largo de la temporada, el Cartagena logró adaptarse muy
bien a la categoría, incluso rindió por encima de lo esperado, llegando a
colocarse líder en numerosas ocasionas, y ocupando puestos de ascenso durante
31 jornadas. Juan Ignacio Martínez logró hacer del equipo una familia: Consiguió
que Toché volviera por sus fueros y lograra cifras que no conseguía desde sus
tiempos en el filial del Atlético de Madrid B (02-03, 03-04); Cygan, Mariano, Víctor
y el santomerano se asentaron como una de las mejores “columna vertebral” de la
Segunda División A. A esto añadir el extraordinario papel jugador por Lafuente,
que anotó seis goles y fue un puñal por la banda izquierda albinegra.
Toché se abraza con Víctor y De Lucas. |
El Real Murcia, por aquel entonces, deambulaba por los
estadios de los equipos que componían el campeonato. José Miguel Campos no
encontraba la fórmula para sacar al equipo del pozo (como ya lo hiciese el año
anterior, sustituyendo a Javier Clemente). La Región de Murcia se teñía de
negro y blanco y fieles seguidores del Real Murcia, de los de toda la vida, se
tiraban del barco, para “alistarse” en el bando del conjunto portuario.
El Murcia desciende a 2ªB. |
Y así pasó la temporada. José Miguel Campos fue sustituido
por José González, el Cartagena vapuleaba a los granas en los enfrentamientos
directos (como aquel vergonzoso 1-4 en Nueva Condomina). Cada día, más y más gente
era del equipo del Puerto de la Cadena. Hasta que la catástrofe se consumó. El
Real Murcia se convertía en equipo de la Segunda División B. Fue condenado por
aquel penalti que se le escapó a Alberto por debajo de los brazos en el minuto
93, en Girona, claro. En Cartagena se empezaba a fanfarronear, la ciudad entera
era una fiesta (lógico). Lo que no entendí, es que las ratas que abandonaron al
Murcia antes del final de temporada, sacaban pecho de “su” Cartagena. Ni
siquiera podían nombrar a dos jugadores sin parar a pensar. Algunos hablaban de
“Cartagenero para siempre” o algún que otro atrevido afirmaba que “en un par de
años estaremos en Europa League”. Algunos aficionados, incluso, daban gracias
al Girona por descender al equipo de la capital.
Durante el siguiente curso, el Real Murcia arrasaba en la
categoría de bronce del fútbol español, mientras que el Cartagena, salvando el
primer puesto de la primera jornada, no volvió a puestos de ascenso. Aún había
quien decía: “el año que viene os esperamos, a (literalmente) follaros el culo
en vuestro campo”.
Esta temporada, arrancaba con un, Cartagena ilusionante (con
los Paz, Collantes y cía). Pero algo no salió como debía de salir.
Entrenadores, entrenadores y venga entrenadores. Amenazas de bomba por parte
del presidente. Jugadores mercenarios (no lo digo yo, que conste). Derrotas
ante el máximo rival. Descenso. Descenso. Descenso. Sí, lo pongo tres veces
para que, aquellos que dejaron a su
Murcia de toda la vida tirado, sigan animando a “su” Cartagena en Segunda
División B. Ahora más que nunca, sabremos quienes son los hipócritas que defendía
al Efesé en detrimento del Real. Aunque bueno, supongo que el proyecto de
Europa League, les tentará más, pese a que alguno ya dice en voz baja y con la
cabeza gacha: “¿qué dices del Cartagena? Nunca lo he sido?”. Murcianistas, se
nos viene a una lluvia de rancios extremos (éstos sí lo son) y de hipocresía.
Sólo quiero añadir, que lo siento por aquellos que sí son
del Cartagena. Que lo son desde que estaba en Primera Regional, allá por el
1995. Ellos son la base del club y con ellos el equipo podrá volver. Me gustaría
hacer un llamamiento a la unidad, dejadnos de amaños con los vecinos manchegos
y ayudadnos, cual Pacto de Llanes. Somos los que sostenemos el fútbol de la
Región y debemos ser amigos, nunca enemigos, que para eso ya están los de
Alicante. Así que, suerte con el infierno, que si se hace bien, no quema tanto.
PD: A los falsos, quien ríe el último...