miércoles, 23 de mayo de 2012

Arrieros somos.


Ha pasado todo tan rápido que, aún habiendo medio día de la consumación del descenso del Cartagena, no me doy cuenta de todo lo que repercute eso en la gente. ¿O sí?

Corría el 24 de mayo de 2009. El Cartagena se jugaba el ascenso en Alcoy, ante el equipo local (el Alcoyano). Visitaba El Collao con un resultado a favor de 2 a 1, merced a los goles de Héctor Yuste y Samu. Yo, como murciano que era y soy, quería que subieran, para tener un derbi, para vivir un partido regional en el fútbol profesional, para echarnos una mano unos a otro cuando la necesitásemos. Craso error. Murcianistas y cartageneristas comenzamos a vivir una etapa de enemistad e insultos, que se prolongan hasta hoy día. Ahora, con más años de experiencia, lo entiendo. Era algo que tarde o temprano tenía que surgir. Pero no como ha estado ocurriendo.

A lo largo de la temporada, el Cartagena logró adaptarse muy bien a la categoría, incluso rindió por encima de lo esperado, llegando a colocarse líder en numerosas ocasionas, y ocupando puestos de ascenso durante 31 jornadas. Juan Ignacio Martínez logró hacer del equipo una familia: Consiguió que Toché volviera por sus fueros y lograra cifras que no conseguía desde sus tiempos en el filial del Atlético de Madrid B (02-03, 03-04); Cygan, Mariano, Víctor y el santomerano se asentaron como una de las mejores “columna vertebral” de la Segunda División A. A esto añadir el extraordinario papel jugador por Lafuente, que anotó seis goles y fue un puñal por la banda izquierda albinegra.

Toché se abraza con Víctor y De Lucas. 
El Real Murcia, por aquel entonces, deambulaba por los estadios de los equipos que componían el campeonato. José Miguel Campos no encontraba la fórmula para sacar al equipo del pozo (como ya lo hiciese el año anterior, sustituyendo a Javier Clemente). La Región de Murcia se teñía de negro y blanco y fieles seguidores del Real Murcia, de los de toda la vida, se tiraban del barco, para “alistarse” en el bando del conjunto portuario.

El Murcia desciende a 2ªB.
Y así pasó la temporada. José Miguel Campos fue sustituido por José González, el Cartagena vapuleaba a los granas en los enfrentamientos directos (como aquel vergonzoso 1-4 en Nueva Condomina). Cada día, más y más gente era del equipo del Puerto de la Cadena. Hasta que la catástrofe se consumó. El Real Murcia se convertía en equipo de la Segunda División B. Fue condenado por aquel penalti que se le escapó a Alberto por debajo de los brazos en el minuto 93, en Girona, claro. En Cartagena se empezaba a fanfarronear, la ciudad entera era una fiesta (lógico). Lo que no entendí, es que las ratas que abandonaron al Murcia antes del final de temporada, sacaban pecho de “su” Cartagena. Ni siquiera podían nombrar a dos jugadores sin parar a pensar. Algunos hablaban de “Cartagenero para siempre” o algún que otro atrevido afirmaba que “en un par de años estaremos en Europa League”. Algunos aficionados, incluso, daban gracias al Girona por descender al equipo de la capital. 

Durante el siguiente curso, el Real Murcia arrasaba en la categoría de bronce del fútbol español, mientras que el Cartagena, salvando el primer puesto de la primera jornada, no volvió a puestos de ascenso. Aún había quien decía: “el año que viene os esperamos, a (literalmente) follaros el culo en vuestro campo”.

Esta temporada, arrancaba con un, Cartagena ilusionante (con los Paz, Collantes y cía). Pero algo no salió como debía de salir. Entrenadores, entrenadores y venga entrenadores. Amenazas de bomba por parte del presidente. Jugadores mercenarios (no lo digo yo, que conste). Derrotas ante el máximo rival. Descenso. Descenso. Descenso. Sí, lo pongo tres veces para que, aquellos que  dejaron a su Murcia de toda la vida tirado, sigan animando a “su” Cartagena en Segunda División B. Ahora más que nunca, sabremos quienes son los hipócritas que defendía al Efesé en detrimento del Real. Aunque bueno, supongo que el proyecto de Europa League, les tentará más, pese a que alguno ya dice en voz baja y con la cabeza gacha: “¿qué dices del Cartagena? Nunca lo he sido?”. Murcianistas, se nos viene a una lluvia de rancios extremos (éstos sí lo son) y de hipocresía.


Sólo quiero añadir, que lo siento por aquellos que sí son del Cartagena. Que lo son desde que estaba en Primera Regional, allá por el 1995. Ellos son la base del club y con ellos el equipo podrá volver. Me gustaría hacer un llamamiento a la unidad, dejadnos de amaños con los vecinos manchegos y ayudadnos, cual Pacto de Llanes. Somos los que sostenemos el fútbol de la Región y debemos ser amigos, nunca enemigos, que para eso ya están los de Alicante. Así que, suerte con el infierno, que si se hace bien, no quema tanto.

PD: A los falsos, quien ríe el último...

viernes, 27 de abril de 2012

Adiós y gracias, maestro.

La historia del Fútbol Club Barcelona pudo haber cambiado aquel 8 de mayo del 2008, día en que Joan Laporta, presidente por aquel entonces del equipo catalán, nombró a Pep Guardiola, sucesor del que hasta entonces, estaba siendo, si no el mejor, de los mejores técnicos de la historia del Barça, el holandés, Frank Rijkaard. Y digo que pudo, porque si finalmente, Laporta no elegía a Guardiola, el otro nombre que barajaba era el de José Mourinho, ¿les suena, verdad?

El 17 de junio, tras haber ascendido al filial del Barça a la segunda división B, un joven Pep era presentado por Laporta y Txiki Begiristain para tomar las riendas de un vestuario roto. Pero la falta de experiencia a Pep no le produjo ningún mal. Para nada. Llegó y dijo lo que nadie se atrevía a decir: "Estamos contemplando la plantilla sin ellos", refiriéndose a Ronaldinho, Deco y Samuel Eto’o. ¿Quién, en aquel momento, en su sano juicio, pensaba que le iba a ir también al Barça? Aumentaban pues, las dudas sobre Pep y su capacidad para dirigir al Barcelona.


Se fueron Deco, Ronaldinho, Zambrotta, Giovani Dos Santos y fue Dani Alves, el mejor fichaje. No tenía muy buena pinta el equipo azulgrana de ese año y las críticas a la elección de Pep seguían en aumento.

Se habló de que el presidente tenía que despedirlo tras una derrota en Los Pajaritos ante el Numancia, la primera jornada de liga (1-0) y un empate en el Camp Nou ante el Racing. Lo que aún no sabían, ni se imaginaban los culés, es que el FC Barcelona no volvería a ceder más de tres puntos esa temporada. Un fútbol espectacular y nuevas promesas de La Masía, como Busquets, Pedro, Jeffren o Víctor Sánchez, ya que Pep confiaba en ellos. Destacar el 2-6 en el Bernabéu, la conquista de la Copa, de la Liga y de la Champions, como colofón a la temporada 2008-2009, calificable como extraordinaria, cuanto menos.


Empezó la 2009-2010 con el feeling entre Guardiola y Eto’o, con Ibrahimovic como la estrella del nuevo Barça, junto a Messi claro, y con el equipo ganando la Supercopa de España, la Supercopa de Europa y el Mundial de clubes ante Estudiantes (Argentina) en Abu Dhabi. El equipo de Pep siguió desplegando su maravilloso fútbol, al compás de Xavi y un Messi estelar. Se resistió la Copa, y la Champions ante un Inter encerrado atrás, con los 10 hombres bajo la portería defendida por Julio César. Pero los catalanes consiguieron llevar la vigésima liga a las vitrinas del Camp Nou.

En el siguiente curso, Guardiola pasaba a llamarse “el filósofo”, ya saben porqué. Pese a las bajas de Henry y Márquez (entre otras), llegaron Mascherano, David Villa y Adriano y la plantilla parecía volver a tener hambre de títulos. Pep pedía humildad, relajación, tranquilidad… Sabía que volverían a lo más alto. Y así fue. Él dijo a sus aficionados que les debía una, y lo hizo. Les llevó la cuarta Champions, otra vez ante el Manchester United, otra vez Leo Messi. Ganó la Champions, pese a que se resistió la Copa del Rey, ante un gran Real Madrid, ya dirigido por Mourinho.

A quien se le hubiera dicho todo esto aquel 8 de mayo del 2008, te tachaba por loco. Trece títulos ganados de dieciocho posibles, es una auténtica barbaridad. Y pueden ser catorce, si el Barça gana en el Calderón la Copa del Rey ante el Athletic el 25 de mayo.
Este año sólo le queda eso, la Copa, pero los barcelonistas están contentos, porque su Barça de Pep, en Europa y en liga, murió matando.


Por eso, hoy, el barcelonismo está triste. Se marcha un ídolo, el mejor entrenador de la historia, sí. Pero ahora es cuando yo opino:
 No podía seguir. A Pep, como el mismo ha dicho, ya se le había agotado la pila. Se notaba desde el verano pasado, más en concreto, desde que renovó por un año más. No quería, pero lo hacía por ellos, por sus chicos: Los Xavi, Iniesta, Messi, Pedro, Busquets…
Y es que se marcha Guardiola, pero no su fútbol. Se marcha su largo abrigo negro, pero no Xavi. Se marcha la “humildat”, pero no las genialidades de la pulga. Se marcha la cabeza visible de este equipo, pero no por completo. Y es que queda Tito. Sí, Tito Vilanova, más conocido como Pito. Él seguro que heredó todos los conceptos, los movimientos escritos en la pizarra de Pep, las alineaciones, la jerarquía. Me parece una gran idea que siga como primero. Pero ahora sólo queda saber una cosa, ¿echará el Barça de menos a Pep? Yo no tengo ninguna duda, no. No, porque seguirá presente aunque con otro nombre y con otro aspecto. No, porque mantendrá el contacto con Tito. No, porque el que tuvo, retuvo, y a los Thiago, Cesc, Xavi, Messi, Iniesta, etcétera, no se les olvidará jugar al fútbol tras la marcha del más grande, del que les deja una filosofía bien clara, resumida en una frase de Nietzsche: “Aquel que conserva lo que conquistó, se muere. Para conservar lo que se conquistó, hay que seguir conquistando”.

Por eso nos espera una temporada 2012-2013 cargada de sorpresas, de alegrías para unos, de tristezas para otros. Yo estoy deseando que llegue ya la penúltima semana de agosto, pese a que aún no haya terminado ésta. Comienza la era post-Pep, pero tampoco iba a durar eternamente. Suerte Tito.



PD: La frase de Nietzsche resume la filosofía del Barça de Guardiola, no sé si se la diría en algún momento, pero es la pura verdad.

miércoles, 11 de enero de 2012

Sentimiento pimentonero.

El fútbol marca la agenda de muchos de nosotros los fines de semana o los días “laborales” con la Champions, la Europa League o la Copa. Que bonito el balompié, al menos para mi, que me acompaña y me hace más amenas las tardes de los domingos desde hace diecisiete años.

El primer recuerdo que tengo de pisar un estadio de fútbol, es en “La Condomina”. La vieja, claro. Mi padre nos llevó a ver un Real Murcia – Atlético de Madrid. No, no era la primera división, sino la segunda. Recuerdo que el partido acabó uno a uno, pero no fui al campo con ese objetivo. Por aquel entonces, yo tenía unos seis años y claro, como no entendía el fútbol muy bien, yo iba con el fin de ver las vallas publicitarias, de ver ese fascinante movimiento que había visto en la tele, en el que éstas cambiaban de anunciante, como lo son casi todas ahora. Pero aprendí una grandiosa lección, el fútbol no era un deporte únicamente de once contra once en el que se pone en juego un balón, no. El fútbol no eran patadas, manotazos, agarrones, etcétera, no. Aprendí que este deporte era puro sentimiento. Y lo noté a la media hora con el gol de Hugo Leal para el Atlético, cuando a mi lado un señor que de nada conocía se echaba las manos a la cabeza, maldecía a la mala suerte y tras ello se desgañitaba a favor de aquel equipo de rojo, el de su ciudad, el Murcia. Me quedé mirándolo extrañado, no sabía que se podía sufrir tanto con un equipo. No recuerdo ni el aspecto del hombre ni el gol de Hugo Leal. Pero si recuerdo que tras el descanso, el Murcia empató. Lo hizo Loreto, pero el gol me abrió los ojos definitivamente. La gente gritaba sin parar, alzaba la bufanda, gente que se besaba el escudo, el caballero de al lado que me dijo algo así como “anima pequeño”. Fue como un minuto eterno para mí. Disfrute como lo que era, como un niño. Y me daba igual como acabase el partido, particularmente, yo ya había ganado. Este partido me hizo darme cuenta que el fútbol no sólo se juega, se vive, se siente y a veces, desgraciadamente se sufre, pero forma parte de Él. Sí, en mayúscula. Y se sufre, se vive y se siente más con el equipo de tu tierra, porque once jugadores (más los que esperan su oportunidad en el banco o en la grada) defiende tu ciudad, y son ellos los que hacen que te acuestes con una sonrisa de oreja a oreja el sábado o el domingo por la noche. ¿Qué me da a mi el Real Madrid o el Barça? Si sólo ganan nunca sabré cuál es la otra cara del fútbol. Y es que un descenso te une más a tu club, como lo hizo Girona conmigo, donde un penalti que se le resbaló al portero en el minuto 93’ de partido nos condenó a descender al infierno de la segunda B.


Y todo esto lo escribo para darme cuenta de lo que es el fútbol. Una emoción tras otra, nunca semejantes. Hace un año luchábamos por subir a Segunda A, ahora, por subir a Primera. Me da igual que la gente piense que el Murcia baja y sube, y que siempre nos ilusiona para luego decepcionarnos, pero es así. Quizás lo consigamos algún año, quizás nos mantengamos en primera bastantes años. Con un buen proyecto y un equipo que luche, está garantizado. Además soñar es gratis y en el fútbol, obligatorio.  Y ¿Qué quieren que les diga? Este equipo ilusiona: Alberto pone la seguridad, Iturra la garra, el Ruso la osadía, Chando la insistencia, Richi la veteranía, Emilio la elegancia, Sutil la calidad, Iñaki Alonso representa el esfuerzo y los demás nos hacen mantener viva la esperanza. ¿Qué es mejor que ser del Real Murcia? No lo cambio por nada. SIEMPRE REAL, SIEMPRE MURCIA.


viernes, 6 de enero de 2012

El regreso de un ídolo.

¿Podría alguien estar más feliz, hoy día de Reyes, que un niño con sus regalos? Sí, pero no es un niño, no es una persona, sino muchas y un club. Regresa a casa un hombre muy especial y se podría decir que por Navidad pese a que esta acabe ya. Vuelven a la memoria los grandes éxitos del Arsenal y es que el que vuelve, no es otro que Don Thierry Henry.

Henry y Wenger en la presentación del delantero.
Pasaban tres horas del mediodía cuando el Arsenal hacía oficial en su página web, la cesión del delantero francés, que llega procedente del New York Red Bull. La cesión durará únicamente dos meses, pero llenará a ambas partes: El jugador volverá a notar el apoyo de la afición que más le quiere y volverá a pisar el Emirates como local, aunque todos sus éxitos los consiguió en el antiguo Highbury, y para el club y para los hinchas supondrá la vuelta de un ídolo que marcó época en Londres, Inglaterra y en todo el fútbol mundial.

Henry en el último partido celebrado en Highbury (07-05-06)
“Tití” vistió la camiseta del Arsenal en 370 partidos, marcando 226 goles. Ganó la Premier League en 2002 y 2004, la Community Shield, también en 2002 y 2004 y tres FA Cup en 2002, 2003 y 2005. Se le resistió la Champions League, que perdió en París en 2006 frente al que sería su futuro equipo, el Fútbol Club Barcelona. Fue Bota de Oro en 2004 y 2005, marcando 30 y 25 (empatado con Forlán, que militaba en el Villarreal) goles respectivamente. Máximo goleador de la Premier en 2002, 2004, 2005 y 2006. Jugador del año PFA en 2003 y 2004 y fue incluido en el once de la década de la Premier en 2003.

Su vuelta se une a las de otros deportistas ilustres, como Maradona al Boca Juniors en 1995, o como la reciente vuelta de Schumacher a la fórmula uno. Y si así no se dan cuenta de la repercusión que esto origina en los aficionados gunners, imagínense a Raúl volviendo a vestir la camiseta del Madrid, eso es lo que ha pasado con Henry.

Así que, todo el mundo atento a la Premier, porque uno de los delanteros más grandes de la historia ha vuelto a su equipo, ha vuelto a su casa y es probable que debute ante el Leeds United, el 9 de enero en el Emirates Stadium.

El increíble y mágico Henry, en el Arsenal, en este magnífico vídeo. GRANDE, GRANDE TITÍ.



viernes, 30 de diciembre de 2011

Entrevista a Perico Contreras.

Pedro Contreras Mora (Murcia, 7-11-75), más conocido como Perico Contreras, es un periodista español especializado en deporte por la Universidad de Murcia. Actualmente trabaja en la edición de un periódico digital, http://infodeportemurcia.com/, realizando su columna “All In”.
Perico Contreras trabajó durante nueve años en Radio Murcia Cadena Ser y en el diario AS, informando de las novedades del Real Murcia en la primera, o realizando alguna crítica en el segundo. En los últimos años, Contreras ha estado vinculado al tema de la publicidad, donde se encargaba de repartir y organizar las cuñas publicitarias del grupo PRISA de la Región de Murcia.


Me gustaría agradecerle a Perico su colaboración y las facilidades que me ha dado para llevar a cabo esta entrevista. Ésta se realizó vía correo electrónico debido a mi incapacidad para desplazarme a Murcia por los exámenes:


Alfonso Garrido- ¿Por qué elegiste el periodismo?
Perico Contreras- Porque siempre he querido saber qué pasa, porqué, dónde... Y contarlo es algo que tienes que llevar dentro. El buen periodista tiene que intentar saberlo todo,aunque luego no pueda contarlo todo. Desde pequeño siempre leía mucho y la lectura te lleva a la escritura y escuchar la radio te lleva a enamorarte de ella.

AG- ¿Quién es tu modelo a seguir en esta profesión?
PC- No hay un modelo como tal. Seguro que un mucho de Iñaki Gabiñondo, con otro montón de un periodista de la Ser que falleció, Carlos Llamas. También es inevitable pensar en el mundo del deporte y ahí Paco González y aquel Carrusel me engancharon definitivamente. Y entre otros es inevitable leer todo lo que caiga en vuestras manos de Enric González, ahora corresponsal de El País en Israel.

AG- Hablamos ya de la liga adelante, ¿a qué equipos ves ascendiendo directamente al final de temporada? ¿Por qué?
PC- Almería y Depor creo que estarán ahí al final. Tienen dos plantillas casi de Primera y eso al final se puede notar. El Hércules también estará en la pelea por los dos primeros puestos. Para el play off seguro que le pelea será mayor. Hay mucha igualdad.

AG- Puesto que trabajas con la información del Real Murcia, ¿en que zona de la tabla acabará el equipo de Iñaki Alonso? ¿Ves al Murcia en primera en un futuro próximo?
PC- Es complicado porque la categoría es muy igualada. Tuvo una racha sensacional pero cuando debía consolidarse entre los primeros ha tenido un bajón. Es normal porque todos los equipos tienen baches. Creo que le falta efectivos de calidad para pensar en algo más que en la permanencia. Cuando el entrenador tiene que hacer cambios para dar la vuelta a un partido o amarrar un resultado, la calidad de los suplentes no llega a igualar a la de los titulares y eso se nota.

AG- La sensación de la temporada en los granas, al margen de Emilio Sánchez, está siendo Manuel Iturra. ¿Podrá sustituir el chileno al "Loco" Acciari en los corazones granas? ¿Ves al "Colocho", en un futuro, en algún equipo de primera división?
PC- Iturra era un jugador con gran proyección. Fue internacional 33 veces con su selección o sea que no es una sorpresa. Es un jugador que es un lujo para este equipo aunque todavía tiene que darnos mucho más. Sustituir a Acciari no es fácil, creo que el 'loco' tiene más carisma que el chileno. Ahí puede estar la diferencia.

AG- Esta pregunta es obligatoria, ¿crees que el FC Cartagena acabará desciendo a la segunda división B?
PC- Creo que se salvará pero no va a ser fácil salir de ahí. Imagino que harán todos fichajes que necesitan para salvar la situación. Pero siempre hay equipos que acaban pagando una mala planificación. Murcia, Tenerife, Albacete... Hay tantos ejemplos de equipos que han descendido pese a que pensaban en ascender. 

AG- En cuanto a la primera división, ¿podrá el Real Madrid, tras tres años consecutivos, destronar al Barça de la primera posición de la liga?
PC- Ya el año pasado el Madrid estuvo muy cerca del Barça y solo por detalles se decidieron algunos títulos. Además este Madrid es más fuerte y cada vez depende menos de Cristiano y sin embargo parece que el Barça cada vez depende más de un genial Messi.
PC (derecha) es entrevistado por Onda92

AG- Pasamos a otros deportes, pero no abandonamos Murcia: ¿Como ves al Ucam Murcia este año?
PC- Todos los especialistas hablaban de que este año sí, que este año toca no sufrir e incluso pensar en otras cotas más altas. Pero le está costando demasiado. En los partidos de su liga no puede fallar y las cosas no están saliendo como esperaban,se tendrán que reforzar.

AG- Tras la desbandada que sufrió este verano elPozo Murcia, el equipo de Duda ha empezado muy bien la temporada, situándose momentáneamente segundos, empatados a puntos con el Barcelona, ¿mantendrá el pulso con el conjunto catalán hasta el final de temporada?
PC- Lo de ElPozo tiene mucho mérito. Todos los años está vendiendo o dejando salir jugadores de primer nivel y no se resiente. El Barça está a otro nivel, sobre todo económico, pero los murcianos pelearán hasta el final, seguro. 

AG- Y en ciclismo, ¿ves a José Joaquín Rojas o Luis León Sánchez dando alguna sorpresa pronto?
PC- Si por sorpresa entendemos una victoria sonada en una gran vuelta me parece complicado; ahora, pelear por etapas seguro que sí. Y ojalá podamos contar otra vez con Valverde en competición. 

AG- Para finalizar, Pedro, ¿podrías mandar un mensaje a los lectores de este blog?
PC- Ha sido un placer charlar con vosotros en este blog, al que seguiré porque seguro que tenéis muchas cosas que contar y eso y no otra cosa es el periodismo. 


Pueden seguir a Perico Contreras en twitter: @PericoContreras y también recordarles que pueden leer sus artículos en http://www.infodeportemurcia.com/

La seguridad del "Niño".

Mucho se ha estado hablando de Fernando Torres en este último año. Desde que en enero fichase por el Chelsea, al delantero no le han salido las cosas como todos y sobretodo, como él mismo esperaba. Las lesiones mermaron su último año en la Premier League. Aún así, el coste de su fichaje no fue para nada barato: el 31 de enero de 2011, el conjunto londinense pagó 50 millones de libras (unos 45 millones de euros) al equipo de Merseyside.


Debutó el 6 de febrero en Stamford Bridge, en un encuentro ante el Liverpool, que en ese momento llegaba en una mala racha, situación por la cual, Torres dejó Anfield. Desgraciadamente para él y para los aficionados "blues", el Liverpool se llevó los tres puntos por 0-1, con un gol del ahora jugador del Chelsea, Meireles. Torres comenzaba su calvario personal. No le funcionaban bien las cosas. La prensa inglesa atacaba constantemente su elevado precio. Nadie entendía como el español era titular. Hasta el 23 de abril, cuando marcó el segundo gol de la victoria del Chelsea por 3 a 0 ante el West Ham. Todos confiábamos en el retorno de Torres, pero no fue así.

Acabó la temporada con ese gol únicamente. En verano permaneció en Londres, puesto que el nuevo técnico (André Villas-Boas) y la directiva confiaban en él. A pesar de unas palabras sacadas de contexto, el técnico portugués seguía apostando por Fernando de titular, pero el nueve del Chelsea seguía con su particular sequía goleadora. Unos buenos partidos (ante el Leverkusen en Champions y ante el Manchester United en liga, donde marcó un gol) no contrarrestaron las malas actuaciones que arrastraba. La vuelta de Drogba, la aparición de Sturridge y el gran inicio de Juan Mata, lo llevaron al banquillo. Ahora, Fernando Torres, espera una nueva oportunidad para resarcirse, dado que el costamarfileño estará ausente por la disputa de la copa de África.



En España se debate su futuro en la selección, pero en una entrevista a Mónica Marchante para Canal +, el delantero se muestra muy tranquilo y confiado de su futuro, tanto en el Chelsea, como en el combinado nacional.

Aquí está toda la entrevista;







sábado, 19 de noviembre de 2011

El último baile de Rukelie.

Se retiró la capucha del batín y buscó su rostro entre el moho del espejo del vestuario. Le costó reconocerse, tan pálido, tan diferente, tan… como todos. La puerta había quedado entreabierta cuando su entrenador salió al pasillo para dejarle solo y podía escuchar el murmullo de impaciencia que iba creciendo alrededor del ring. Entrechocó sus guantes, haciendo elevarse una pequeña nube de polvo blanco. Algunos de sus incondicionales empezaron a corear su nombre. Eran muchos los que le seguían desde que un par de años atrás empezó a derrotar a un rival tras otro con aquel novedoso estilo, más propio de un bailarín que de un boxeador. Esa tarde, el 21 de Julio de 1933, esperaban una nueva victoria de su ídolo.
  Johann Trollman, sin embargo, sabía que no podía ganar esa pelea. Pero no estaba dispuesto a que le derrotaran.
Su carrera había quedado condenada a muerte sólo unos meses antes, concretamente el 5 de marzo de 1933. Ese día las paradojas de la historia hicieron que unas elecciones democráticas consolidaran en el poder al peor tirano que haya visto Europa en los últimos siglos, un Adolf Hitler que no tardó en empezar a aplicar por decreto su ideario nacionalsocialista. Y ese ideario no reservaba nada bueno para Trollman, que hasta entonces había sido un alemán más, pero que a partir de ese momento pasó a ser una lacra social simplemente por haber nacido sinti, la palabra utilizada en Centroeuropa para designar a los gitanos. No había peor ejemplo para la nueva sociedad aria con la que soñaban Hitler y sus acólitos que un joven de piel morena, pelo rizado y labios generosos apodado Rukelie (pimpollo en lengua romaní), que iba noqueando uno a uno a todos los rubios rivales que se le ponían por delante. Y además con un estilo alejado de los cánones, de golpes cortos y de mucho baile de piernas, considerado “ofensivo” e incluso “afeminado” en las páginas del “Völkischen Beobachter”, el periódico oficial del partido nazi. No lo veían así sus seguidores, cada vez más numerosos y rendidos ante un jóven de gran simpatía, todo un showman que se permitía el lujo de hablar durante los combates con los espectadores de las primeras filas. Su exotismo y su sonrisa también le valieron para atraer a una legión de mujeres a sus peleas, en las que también podía verse a un buen número de famosos.
  Era necesario acabar de cuajo con el “fenómeno Trollman” y la mejor manera de hacerlo era darle un buen escarmiento, humillarle sobre el ring para lograr sacarle de circulación. Con ese objetivo, la Asociación Alemana de Boxeo, ya por entonces poblada de nazis, le organizó un combate por el título nacional semipesado contra Adolf Witt, un gigantón que reinaba en el peso pesado. Trollman cuya categoría natural era el peso medio, partía en franca desventaja física ante un enemigo que, gracias al favor del régimen, pudo engañar a la báscula.
  El combate tuvo lugar el 9 de junio en Berlín y nada salió como habían previsto los organizadores. El gitano, mucho más móvil, dominaba claramente al ario, con sus rápidos desplazamientos y sus constantes aguijonazos. Tras seis asaltos, Witt daba claras muestras de flaqueza ante un rival mucho más fresco y entero. Los jueces, tras recibir la visita del presidente del presidente de la autoridad boxística, miembro del partido, declararon el combate nulo. Pero el público, no estaba dispuesto a aceptar un tongo de tal magnitud. Una multitud de aficionados enfurecidos se abalanzó sobre los jueces, que para evitar su linchamiento tuvieron que reconsiderar su decisión y dieron finalmente vencedor a Trollman por puntos.
  Rukelie lloró de alegría sobre el ring al saberse ganador y fueron precisamente esas lágrimas el argumento exhibido para retirarle el título sólo seis días después. “Comportamiento inapropiado” y “mal boxeo”, rezaba la carta oficial que le enviaron. Al aparato nazi no le bastó con eso, seguía decidido a acabar con la popularidad del púgil sinti y le ordenó participar semanas después en una nueva pelea. El rival sería esta vez Gustav Eder, el prototipo del boxeador-guerrero ario, un tanque de golpes demoledores que era uno de los mayores ídolos deportivos entre los camisas pardas. Y esta vez Trollman no iba a tener la menor oportunidad: además de otras muchas presiones, se le prohibió utilizar su famoso baile de piernas y moverse del centro del ring. Tenía que ganar el ario y perder el gitano. Así de simple.  
  -Es la hora- oyó que le gritaban desde el pasillo.
  Trollman se volvió a colocar la capucha sobre la cabeza, dio un par de golpes al aire y salió al oscuro túnel que conducía a la sala. Mientras se dirigía hacia la luz pensó en su amigo Erich Seeling, uno de los grandes del boxeo alemán y su preparador de los últimos años. Por ser judío no sólo le habían desposeído del título semipesado, provocando la vacante que propició su combate de mes y medio atrás contra Witt, sino que además le habían obligado a abandonar el país. Pensó también en su familia, que en Hannover empezaba a sufrir el acoso velado del nuevo régimen. Y recordó aquella frase que había escuchado a Hitler en la radio hacia pocos días. “Un judío independiente de su edad, está claro que es un ser vivo; ahora bien, no puede afirmarse que sea un ser humano, no hay base científico para ello”. No debía pensar muy diferente acerca de los gitanos.
  Cuando abandonó la oscuridad y fue bañado por la luz de la sala, la multitud que abarrotaba las filas de sillas dispuestas alrededor del ring estalló en una algarabía de gritos y cánticos. Trollman, con la cabeza gacha y la mirada fija en el suelo, podía notar las palmadas en la espalda mientras progresaba hacia el cuadrilátero precedido por sus ayudantes. El rugido se redobló cuando el púgil gitano subió al ring y, sin dejar de mirar hacia abajo, empezó a lanzar golpes a un enemigo imaginario mientras sus pies ejecutaban la danza que le había hecho famoso. El árbitro les convocó a él y a Eder al centro de la lona, les dio un par de indicaciones y les mandó hacia sus esquinas para que se quitaran los batines y diera inicio el combate.
  Cuando Trollman se despojó de su largo botín de raso amarillo, la algarabía cesó de inmediato. Los 3000 espectadores asistían atónitos a una escena demencial. El Trollman que se plantó en el centro del ring llevaba el pelo teñido de rubio y el cuerpo completamente cubierto de harina. El silencio se apoderó de la sala y el tiempo detenido durante unos larguísimos segundos. Ni un rizo negro, ni un centímetro de piel morena. Ahí tenían al ario que estaban esperando.
  Eder miró al arbitró, el árbitro a los jueces y los jueces miraron a Georg Radamm, presidente de la federación de boxeo y alto cargo del partido nazi en Berlín. Un gesto de asentimiento de éste precedió al sonido del gong que marcó el inicio del primer asalto. Eder dio un par de pasos hacia Trollman, que esperaba en el centro de la lona con las piernas ligeramente separadas y la guardia no muy alta. El guerrero ario se sorprendió por la facilidad con que su primer golpe alcanzó el rostro del gitano, del que salió despedida una pequeña nube de harina. Y todavía más de que a continuación le entrara el segundo. Y el tercero. Y así todos y cada uno de los que lanzaría en los cinco asaltos que duró la pelea, cinco asaltos que Trollman se pasó sin intentar un solo puñetazo y aguantando el equilibrio como pudo. Le ganarían, sí, pero no lograría derrotarle. Eso decía la mirada orgullosa del boxeador gitano antes de doblar las rodillas y caer de bruces sobre la lona con el cuerpo cubierto de harina y bañado en sangre.


Nota del autor; Johann Trollman murió el 9 de febrero de 1943 en el campo de concentración de Nueungamme, cerca de Hamburgo, donde había sido confinado. El motivo de su muerte fueron los bastonazos que le propinó un guardián al que había derrotado ese mismo día en un combate de boxeo, en el que fue obligado a participar. El año 2003 la federación alemana entregó a sus familiares el cinturón que le acredita como campeón semipesado en 1933, corrigiendo la injusticia que se había cometido 70 años antes. En el Viktoria Park del barrio berlinés de Kreuzberg puede encontrarse un monumento en su honor, un ring de cemento inclinado hacia una de sus esquinas que simbolia “el abismo al que hicieron caer a Trollman”, según su autor Alekos Hofstetter.  


José Ignacio Huguet (Mundo Deportivo)