El año pasado el Villarreal jugó el mejor fútbol de su historia. A mi modo de ver, ni el segundo puesto cosechado en la temporada 07/08, superó el juego del submarino amarillo en el curso pasado. Un Borja Valero estelar, acompañado del mejor Cani, de un crack como Cazorla y los mejores momentos de Nilmar y Rossi, fueron clave para el equipo dirigido por Garrido.
En verano se siguió apostando por la cantera: Marcos Gullón, Gerard Bordas, Hernán Pérez y Wakaso, ascendieron al primer equipo, con los Catalá, Joan Oriol y Mario Gaspar que ya estaban en el primer equipo. A estos hay que añadir a Musacchio, Marco Ruben y Bruno, que ya están afianzados en la primera plantilla del equipo castellonense. Se marcharon dos piezas clave: Joan Capdevila (libre al Benfica portugués) y Cazorla (que se marchó al Málaga del jeque, por veinte millones de euros al contado). Pues bien, el equipo siguió tal y como estaba y con la cantera mencionada y los fichajes de Camuñas, Zapata y Jonathan De Guzmán, se dio por cerrado.
De Guzman, en su presentación.
En la ida de la previa de la Champions League, se vio a un Villarreal aún un poco fresco, pero con detalles de lo que se vio la temporada anterior. En la vuelta fue un espectáculo. El equipo castellonense se merendó al Odense danés. Giuseppe Rossi, con dos tantos, fue el gran artíficie del pase.
Pero todo empezó a torcerse. En la primera jornada de liga (o segunda, como quieran), el Barcelona les ganó con un contundente cinco a cero. Pese a que sea el Barça, el Villarreal debería haber planteado más resistencia a los blaugranas. No se ganó hasta la cuarta jornada (o quinta), cuando se derrotó al Mallorca por dos a cero en el Madrigal, con goles de Nilmar y de “Il Bambino”. Los tres siguientes partidos; Athletic, Zaragoza y Getafe, sólo fueron empates. Hasta que el Levante destapó la caja de los truenos endosando un cero a tres en Castellón. Las lesiones empezaban a verse: Marchena, Nilmar… Y tocaba visitar el Bernabéu. Nada. El equipo regresó a casa con una derrota (3-0). En la prensa ya aparecía Míchel, como sustituto de Garrido. Pero la lesión de Rossi, para toda la temporada, hizo que Garrido salvara el “match ball” frente al Rayo.
Aún así lo ganó. El Villarreal consiguió ganar este fin de semana al Rayo. El equipo sabía lo que se jugaba, salió con más ganas que los madrileños, marcando en los primeros minutos y mejorando en defensa. Pero uno tras otro fueron cayendo. Primero fue Cani, que tiene para un mes y medio y tras él, Marco Ruben y Senna. A la postre, Camuñas que entró sustituyendo al lesionado Cani, también notó molestias, que le harán perderse tres partidos.
Rossi, Senna y Nilmar.
Y ahora viene la Champions, donde el equipo está con el agua al cuello. Viene el City, viene el líder de la premier. Pero sé que el Villarreal le echará valor y confío en una victoria, porque lo peor que puede pasar, es echar de menos a los que no están. Y sé que eso no ocurrirá. Toda España vivió aquella semifinal contra el Arsenal, donde Riquelme falló el dichoso penalti, que privó al Villarreal llegar a la final frente al Barça. Desde entonces, bien seamos del Barça, del Madrid o del Sporting, siempre tendremos al Villarreal en una pequeña porción de nuestro corazón.