miércoles, 11 de enero de 2012

Sentimiento pimentonero.

El fútbol marca la agenda de muchos de nosotros los fines de semana o los días “laborales” con la Champions, la Europa League o la Copa. Que bonito el balompié, al menos para mi, que me acompaña y me hace más amenas las tardes de los domingos desde hace diecisiete años.

El primer recuerdo que tengo de pisar un estadio de fútbol, es en “La Condomina”. La vieja, claro. Mi padre nos llevó a ver un Real Murcia – Atlético de Madrid. No, no era la primera división, sino la segunda. Recuerdo que el partido acabó uno a uno, pero no fui al campo con ese objetivo. Por aquel entonces, yo tenía unos seis años y claro, como no entendía el fútbol muy bien, yo iba con el fin de ver las vallas publicitarias, de ver ese fascinante movimiento que había visto en la tele, en el que éstas cambiaban de anunciante, como lo son casi todas ahora. Pero aprendí una grandiosa lección, el fútbol no era un deporte únicamente de once contra once en el que se pone en juego un balón, no. El fútbol no eran patadas, manotazos, agarrones, etcétera, no. Aprendí que este deporte era puro sentimiento. Y lo noté a la media hora con el gol de Hugo Leal para el Atlético, cuando a mi lado un señor que de nada conocía se echaba las manos a la cabeza, maldecía a la mala suerte y tras ello se desgañitaba a favor de aquel equipo de rojo, el de su ciudad, el Murcia. Me quedé mirándolo extrañado, no sabía que se podía sufrir tanto con un equipo. No recuerdo ni el aspecto del hombre ni el gol de Hugo Leal. Pero si recuerdo que tras el descanso, el Murcia empató. Lo hizo Loreto, pero el gol me abrió los ojos definitivamente. La gente gritaba sin parar, alzaba la bufanda, gente que se besaba el escudo, el caballero de al lado que me dijo algo así como “anima pequeño”. Fue como un minuto eterno para mí. Disfrute como lo que era, como un niño. Y me daba igual como acabase el partido, particularmente, yo ya había ganado. Este partido me hizo darme cuenta que el fútbol no sólo se juega, se vive, se siente y a veces, desgraciadamente se sufre, pero forma parte de Él. Sí, en mayúscula. Y se sufre, se vive y se siente más con el equipo de tu tierra, porque once jugadores (más los que esperan su oportunidad en el banco o en la grada) defiende tu ciudad, y son ellos los que hacen que te acuestes con una sonrisa de oreja a oreja el sábado o el domingo por la noche. ¿Qué me da a mi el Real Madrid o el Barça? Si sólo ganan nunca sabré cuál es la otra cara del fútbol. Y es que un descenso te une más a tu club, como lo hizo Girona conmigo, donde un penalti que se le resbaló al portero en el minuto 93’ de partido nos condenó a descender al infierno de la segunda B.


Y todo esto lo escribo para darme cuenta de lo que es el fútbol. Una emoción tras otra, nunca semejantes. Hace un año luchábamos por subir a Segunda A, ahora, por subir a Primera. Me da igual que la gente piense que el Murcia baja y sube, y que siempre nos ilusiona para luego decepcionarnos, pero es así. Quizás lo consigamos algún año, quizás nos mantengamos en primera bastantes años. Con un buen proyecto y un equipo que luche, está garantizado. Además soñar es gratis y en el fútbol, obligatorio.  Y ¿Qué quieren que les diga? Este equipo ilusiona: Alberto pone la seguridad, Iturra la garra, el Ruso la osadía, Chando la insistencia, Richi la veteranía, Emilio la elegancia, Sutil la calidad, Iñaki Alonso representa el esfuerzo y los demás nos hacen mantener viva la esperanza. ¿Qué es mejor que ser del Real Murcia? No lo cambio por nada. SIEMPRE REAL, SIEMPRE MURCIA.


viernes, 6 de enero de 2012

El regreso de un ídolo.

¿Podría alguien estar más feliz, hoy día de Reyes, que un niño con sus regalos? Sí, pero no es un niño, no es una persona, sino muchas y un club. Regresa a casa un hombre muy especial y se podría decir que por Navidad pese a que esta acabe ya. Vuelven a la memoria los grandes éxitos del Arsenal y es que el que vuelve, no es otro que Don Thierry Henry.

Henry y Wenger en la presentación del delantero.
Pasaban tres horas del mediodía cuando el Arsenal hacía oficial en su página web, la cesión del delantero francés, que llega procedente del New York Red Bull. La cesión durará únicamente dos meses, pero llenará a ambas partes: El jugador volverá a notar el apoyo de la afición que más le quiere y volverá a pisar el Emirates como local, aunque todos sus éxitos los consiguió en el antiguo Highbury, y para el club y para los hinchas supondrá la vuelta de un ídolo que marcó época en Londres, Inglaterra y en todo el fútbol mundial.

Henry en el último partido celebrado en Highbury (07-05-06)
“Tití” vistió la camiseta del Arsenal en 370 partidos, marcando 226 goles. Ganó la Premier League en 2002 y 2004, la Community Shield, también en 2002 y 2004 y tres FA Cup en 2002, 2003 y 2005. Se le resistió la Champions League, que perdió en París en 2006 frente al que sería su futuro equipo, el Fútbol Club Barcelona. Fue Bota de Oro en 2004 y 2005, marcando 30 y 25 (empatado con Forlán, que militaba en el Villarreal) goles respectivamente. Máximo goleador de la Premier en 2002, 2004, 2005 y 2006. Jugador del año PFA en 2003 y 2004 y fue incluido en el once de la década de la Premier en 2003.

Su vuelta se une a las de otros deportistas ilustres, como Maradona al Boca Juniors en 1995, o como la reciente vuelta de Schumacher a la fórmula uno. Y si así no se dan cuenta de la repercusión que esto origina en los aficionados gunners, imagínense a Raúl volviendo a vestir la camiseta del Madrid, eso es lo que ha pasado con Henry.

Así que, todo el mundo atento a la Premier, porque uno de los delanteros más grandes de la historia ha vuelto a su equipo, ha vuelto a su casa y es probable que debute ante el Leeds United, el 9 de enero en el Emirates Stadium.

El increíble y mágico Henry, en el Arsenal, en este magnífico vídeo. GRANDE, GRANDE TITÍ.