miércoles, 23 de mayo de 2012

Arrieros somos.


Ha pasado todo tan rápido que, aún habiendo medio día de la consumación del descenso del Cartagena, no me doy cuenta de todo lo que repercute eso en la gente. ¿O sí?

Corría el 24 de mayo de 2009. El Cartagena se jugaba el ascenso en Alcoy, ante el equipo local (el Alcoyano). Visitaba El Collao con un resultado a favor de 2 a 1, merced a los goles de Héctor Yuste y Samu. Yo, como murciano que era y soy, quería que subieran, para tener un derbi, para vivir un partido regional en el fútbol profesional, para echarnos una mano unos a otro cuando la necesitásemos. Craso error. Murcianistas y cartageneristas comenzamos a vivir una etapa de enemistad e insultos, que se prolongan hasta hoy día. Ahora, con más años de experiencia, lo entiendo. Era algo que tarde o temprano tenía que surgir. Pero no como ha estado ocurriendo.

A lo largo de la temporada, el Cartagena logró adaptarse muy bien a la categoría, incluso rindió por encima de lo esperado, llegando a colocarse líder en numerosas ocasionas, y ocupando puestos de ascenso durante 31 jornadas. Juan Ignacio Martínez logró hacer del equipo una familia: Consiguió que Toché volviera por sus fueros y lograra cifras que no conseguía desde sus tiempos en el filial del Atlético de Madrid B (02-03, 03-04); Cygan, Mariano, Víctor y el santomerano se asentaron como una de las mejores “columna vertebral” de la Segunda División A. A esto añadir el extraordinario papel jugador por Lafuente, que anotó seis goles y fue un puñal por la banda izquierda albinegra.

Toché se abraza con Víctor y De Lucas. 
El Real Murcia, por aquel entonces, deambulaba por los estadios de los equipos que componían el campeonato. José Miguel Campos no encontraba la fórmula para sacar al equipo del pozo (como ya lo hiciese el año anterior, sustituyendo a Javier Clemente). La Región de Murcia se teñía de negro y blanco y fieles seguidores del Real Murcia, de los de toda la vida, se tiraban del barco, para “alistarse” en el bando del conjunto portuario.

El Murcia desciende a 2ªB.
Y así pasó la temporada. José Miguel Campos fue sustituido por José González, el Cartagena vapuleaba a los granas en los enfrentamientos directos (como aquel vergonzoso 1-4 en Nueva Condomina). Cada día, más y más gente era del equipo del Puerto de la Cadena. Hasta que la catástrofe se consumó. El Real Murcia se convertía en equipo de la Segunda División B. Fue condenado por aquel penalti que se le escapó a Alberto por debajo de los brazos en el minuto 93, en Girona, claro. En Cartagena se empezaba a fanfarronear, la ciudad entera era una fiesta (lógico). Lo que no entendí, es que las ratas que abandonaron al Murcia antes del final de temporada, sacaban pecho de “su” Cartagena. Ni siquiera podían nombrar a dos jugadores sin parar a pensar. Algunos hablaban de “Cartagenero para siempre” o algún que otro atrevido afirmaba que “en un par de años estaremos en Europa League”. Algunos aficionados, incluso, daban gracias al Girona por descender al equipo de la capital. 

Durante el siguiente curso, el Real Murcia arrasaba en la categoría de bronce del fútbol español, mientras que el Cartagena, salvando el primer puesto de la primera jornada, no volvió a puestos de ascenso. Aún había quien decía: “el año que viene os esperamos, a (literalmente) follaros el culo en vuestro campo”.

Esta temporada, arrancaba con un, Cartagena ilusionante (con los Paz, Collantes y cía). Pero algo no salió como debía de salir. Entrenadores, entrenadores y venga entrenadores. Amenazas de bomba por parte del presidente. Jugadores mercenarios (no lo digo yo, que conste). Derrotas ante el máximo rival. Descenso. Descenso. Descenso. Sí, lo pongo tres veces para que, aquellos que  dejaron a su Murcia de toda la vida tirado, sigan animando a “su” Cartagena en Segunda División B. Ahora más que nunca, sabremos quienes son los hipócritas que defendía al Efesé en detrimento del Real. Aunque bueno, supongo que el proyecto de Europa League, les tentará más, pese a que alguno ya dice en voz baja y con la cabeza gacha: “¿qué dices del Cartagena? Nunca lo he sido?”. Murcianistas, se nos viene a una lluvia de rancios extremos (éstos sí lo son) y de hipocresía.


Sólo quiero añadir, que lo siento por aquellos que sí son del Cartagena. Que lo son desde que estaba en Primera Regional, allá por el 1995. Ellos son la base del club y con ellos el equipo podrá volver. Me gustaría hacer un llamamiento a la unidad, dejadnos de amaños con los vecinos manchegos y ayudadnos, cual Pacto de Llanes. Somos los que sostenemos el fútbol de la Región y debemos ser amigos, nunca enemigos, que para eso ya están los de Alicante. Así que, suerte con el infierno, que si se hace bien, no quema tanto.

PD: A los falsos, quien ríe el último...

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